Desde que el espacio de coworking La Solana comenzó a colaborar con el Ayuntamiento de Torrelodones, han surgido diferentes iniciativas que pretenden contribuir al progreso social y económico de un municipio que está intentando implementar los mecanismos vinculados con la buena gobernanza, tales como la participación, la orientación organizacional hacia el aprendizaje, la transparencia, la generación de espacios para la toma de decisiones compartida o el recurso a las formas cooperativas de acción social.
El Laboratorio de Aprendizaje Colectivo de Torrelodones es un espacio social donde los empresarios de la localidad y el ayuntamiento, a través del Instituto para el Conocimiento, la Gobernanza y el Desarrollo Globales (ICGDG), interactúan con dos fines: emprender proyectos por el desarrollo de Torrelodones y mejorar sus respectivos negocios.
La filosofía detrás del proyecto se fundamenta en varios conceptos. El primero de ellos es que cuando las diferentes entidades colocan el bien común por encima de sus intereses particulares, se liberan poderes de construcción y transformación que producen un impacto positivo muy superior al que se podría lograr por separado. Además, como consecuencia indirecta, los negocios también se benefician.
El segundo concepto plantea que, debido a que el universo espiritual, físico y biológico parece regirse por las leyes de la cooperación, la reciprocidad, la interconexión y el intercambio para su buen funcionamiento, sería lógico esperar que las interacciones entre individuos, organizaciones, empresas e instituciones públicas, se guíen por esos mismos principios.
La tercera noción que apuntala el proyecto afecta a la metodología de toma de decisiones colectiva como a los procesos de socialización necesarios para cooperar de manera eficiente. Gran parte de la energía social se disipa cuando las personas dentro de un grupo intentan tomar decisiones y se enzarzan, ya sea en discusiones, en luchas de intereses o en discusiones asamblearias interminables. El ICGDG intenta ayudar a los participantes a poner en práctica las dinámicas de la consulta, una forma novedosa de toma de decisiones que se ha intentando poner en práctica en diferentes países y ha demostrado ser muy fructífera en diversos contextos.
En la práctica, el proyecto se desarrolla a través de encuentros plenarios trimestrales —el último de los cuales se celebró el pasado 14 de marzo— y de grupos de trabajo por temática permanentes que, durante el trimestre, organizan actividades tanto para el desarrollo de Torrelodones como para el beneficio de los integrantes del grupo. La semana de la salud que se celebra a finales de marzo o el intercambio de clientes, de servicios y de conocimiento son dos tipos de actividades diferentes que han brotado en el poco tiempo de vida que tiene el proyecto.
En definitiva, en Torrelodones se está generando una primera experiencia piloto que podría ser replicada en el futuro en otros ayuntamientos.