Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa es fundamental. Al mismo tiempo, la educación debe servir a la sociedad en su conjunto inculcando en los individuos un respeto inquebrantable por los derechos de los demás y el deseo de mantener y defender esos derechos. El acceso a la educación es una cuestión a la que deben prestar seria atención tanto los gobiernos como las organizaciones no gubernamentales, así mismo el contenido de la educación es también de primordial importancia. La Declaración Universal de Derechos Humanos afirma que el objetivo de la educación no es sólo "el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad", sino también el fomento de "la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos, raciales o religiosos...". Para lograr estos amplios y elevados objetivos, la educación debe dirigirse a la persona en su totalidad, es decir, debe tratar de desarrollar toda la gama de capacidades humanas: intelectuales, sociales, físicas y espirituales.