Desde la creación de la Sociedad de Naciones en 1920, el objetivo de la gobernanza mundial ha sido garantizar la paz entre las naciones. Sin embargo, el sistema internacional carece actualmente de los recursos y la voluntad necesarios para cumplir eficazmente este mandato. Son numerosos los problemas que debemos resolver antes de poder alcanzar el desarme general y completo, la paz mundial y la seguridad colectiva. Es fundamental solventar cuestiones sociales y económicas clave, que al perpetuar la injusticia fomentan la desunión, como el racismo, la disparidad entre ricos y pobres, el nacionalismo desenfrenado o las luchas religiosas. También es fundamental la emancipación de la mujer y la educación universal para garantizar la construcción de sistemas conducentes a la paz.