Existe consenso acerca de la necesidad de transparencia para que la gobernanza política, empresarial u organizacional en general sea efectiva. Sin ella, se abre la veda para la corrupción y se menoscaba la confianza en las instituciones públicas u órganos directivos de las organizaciones.
Sin embargo, en los últimos tiempos la transparencia se erige como una «fórmula» cuya aplicación automática mejora la gobernanza de la sociedad y su salud democrática. ¿Cuáles son los orígenes de esta creencia?
Seguramente haya tres factores que inciden sobre la fácil popularización de esta idea. El primero es que su aplicación es relativamente sencilla y a veces, la cultura del consumo —marcada por la superficialidad— busca respuestas simplistas para problemas complejos.
El segundo es la creciente desconfianza de la ciudadanía en sus instituciones. La confianza, un valor fundamental para el funcionamiento de la sociedad, que opera en todos los ámbitos de nuestras relaciones, está en descrédito. Así, en ese clima, la proclama sobre la necesidad de transparencia se transmite mucho mejor.
El tercero tiene que ver con la cultura del espectáculo que lleva implícita cierta dosis de exhibicionismo. Algunos analistas, como el profesor Innerarity, han considerado que tanto énfasis en la transparencia contiene trazas de una especie de exhibicionismo cultural.
En conclusión, la transparencia parece ser un principio fundamental de la buena gobernanza pero, como casi todo en esta vida, requiere moderarse con otros principios y valores porque, de lo contrario, puede ser un impedimento para la eficiencia y la toma de decisión. Por ejemplo, muchas decisiones políticas relevantes que requieren de amplios consensos, difícilmente se hubieran efectuado si los contenidos de la discusión se hubieran hecho públicos antes de tiempo, ya que segmentos descontextualizados de estas conversaciones habrían creado alarma, inquietado a ciertos votantes, generado sensación mediática, etc.
Con esta óptica, les invitamos a leer el informe completo de una de esas organizaciones punteras que operan en España y que ayudan a las instituciones públicas y privadas a avanzar en transparencia: Transparencia Internacional.