Una propuesta de reflexión sobre la crisis del coronavirus desde el cine documental

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Karlos Alastruey y John Petrizzelli

Moustapha Dahleb, un poeta chadiano escribió durante la actual crisis del coronavirus:

«Sólo unos pocos días fueron suficientes para que el universo estableciera una igualdad social imposible de imaginar». 

marzo de 2020.

«Confinados» es un proyecto de largometraje documental de dos cineastas, John Petrizzelli y Karlos Alastruey, de dos regiones agitadas del mundo, como son Venezuela y el País Vasco.  Petrizzelli emigró a España como uno más de los casi 6 millones de venezolanos de la diáspora. Cuando se estableció en España, comenzó a pensar en un proyecto documental sobre esta migración masiva y forzada enfocado en el tema de las jóvenes venezolanas siendo obligadas a la trata sexual como el ejemplo más cruel de esta tragedia.  Karlos Alastruey nació en Bilbao y vive en Pamplona y su idea era investigar sobre los problemas sociales de Navarra vistos a través de la metáfora de los famosos «encierros» de la región.

Ambos cineastas se reunieron en julio de 2019 en el Festival Internacional de Cine de Kimolos (Grecia), donde intercambiaron puntos de vista sobre los actuales y desafiantes problemas sociales de sus respectivos países. Hay mucha gente que emigra de Venezuela y otros países de América Latina al País Vasco y Navarra. Pero además de ese hecho, ambos cineastas coincidieron en que hay un punto de inflexión común para ambas sociedades: la necesidad de reconocer que la situación socioeconómica y de derechos humanos necesita una nueva visión para ser mejorada. Alastruey y Petrizzelli decidieron entonces unir sus esfuerzos y dirigir su mirada a sus respectivos países de forma colaborativa, con la esperanza de que el contraste entre ambas realidades pueda ofrecer algunas percepciones sobre los desafíos humanos universales que se están produciendo en la actualidad y que se han incrementado exponencialmente con la pandemia y sus futuras consecuencias en todos los ámbitos de la existencia humana. Así surgió la idea de este proyecto y ambos cineastas comenzaron a trabajar en un documental sobre las realidades de la diáspora venezolana y los problemas sociales vascos. Un documental que habla de gran parte de la población venezolana que escapa del caos y la pobreza a otros países, creando así virtualmente dos sociedades, la que queda allí y la población de la Diáspora. En el caso de Navarra, la sociedad también está dividida en dos grandes bandos: los ricos y los pobres, viviendo al margen de la sociedad en un contexto desgarrado entre la población que se siente vasca y la que tiene una identidad española.

El confinamiento social y económico de las poblaciones excluidas planteada en el proyecto original cobra hoy una extraordinaria relevancia no sólo porque se acrecentará próximamente como consecuencia de la pandemia sino también porque todos hemos sentido en carne propia lo que significa el nefasto fenómeno por el cual estamos transitando como sociedad.

El Encierro es el acto central de la celebración popular de los Sanfermines que se celebran cada año en Pamplona y en otros lugares de Navarra, España. Esta tradición sería un espectáculo inconcebible en cualquier otro lugar del mundo. Cientos de hombres y algunas mujeres corren seguidos por un grupo de toros a través de una calle cerrada desde el corral de toros hasta la plaza de toros, donde serán toreados esa misma tarde. Muchos corredores se preparan durante todo el año para el próximo «encierro», una verdadera obsesión para algunos de ellos, como si se tratara de una religión, con su propia liturgia y costumbres.

El más famoso y masivo «encierro» tiene lugar en Pamplona del 7 al 14 de julio de cada año. Comienza en el encierro de Santo Domingo, cuando el reloj de la iglesia de San Cernín marca las ocho de la mañana. Tras el lanzamiento de dos cohetes, los toros salen en tropel a correr tras los mozos y mozas por los 825 metros que separan las puertas del corral de la plaza de toros en un tiempo medio de entre tres y cuatro minutos, aunque en algunas ocasiones excepcionales la carrera ha durado más de diez minutos. En el resto de Navarra se celebran también otros encierros coloridos y peligrosos en las localidades de Tudela, Tafalla, Peralta, Lodosa (toro ensogado) y Falces (encierro del Pilón) y en la vecina Rioja, en la localidad de Alfaro donde también existe un encierro de gran tradición.

«Confinados» es un proyecto de largometraje documental que desarrolla irónica, pero también reflexivamente, dos tramas relacionadas con los «encierros» en las diferentes fiestas de Navarra, utilizando el toro y el proceso que lo lleva progresivamente a una muerte inexorable y al posterior desmembramiento, como símbolo de importantes problemas sociales vasconavarros y venezolanos.

Una primera línea argumental sigue a dos corredores, uno experimentado y otro novato, muchos meses antes de los Sanfermines -desde el final de las fiestas anteriores- mientras se preparan para participar en los siguientes eventos del 7 al 14 de julio. Posteriormente les seguiremos a lo largo de los diferentes «encierros» de Pamplona y otros pueblos de Navarra, permitiéndoles narrar la visión de sus «hazañas» personales al escapar de las pezuñas y cuernos de los toros. Finalmente, realizaremos entrevistas en los hospitales con los corredores heridos en los «encierros». Estos gozan de prestigio por su valentía entre las enfermeras y los médicos y también son celebrados por la familia, amigos y por toda la comunidad. Si sufren heridas graves, la operación quirúrgica puede costar aproximadamente 25.000 euros o más. Estas sumas se pagan con dinero del Sistema Público de Salud sin justificación alguna, a pesar de que representa un riesgo innecesario que el corredor asume por su propia voluntad. 

La segunda línea argumental se centra en las historias de dos personas que viven en Navarra al margen del sistema o que sufren sus limitaciones, relacionándose simbólicamente con los «encierros» y los toros, cada uno de forma diferente.

Una mujer inmigrante proveniente de Venezuela con una discapacidad auditiva e incapaz de obtener un audífono debido a su costo, ha escapado del hambre y el caos de Venezuela, llegando a Navarra con un contrato para trabajar en un hotel. Pero en realidad, ha sido atrapada por una red de prostitución que asiste a grandes eventos europeos como los Sanfermines. Su pasaporte ha sido retenido y no podrá recuperarlo hasta que haya ganado una gran cantidad de dinero para los proxenetas que la explotan. Su discapacidad auditiva la aliena y la hace cada vez más indefensa, confinándola física y mentalmente A través del montaje, esta historia se vincula a la escena en la que, tras el «encierro», el torero le corta una oreja al toro en el ruedo, como trofeo de su sangrienta victoria. 

Un navarro de edad avanzada, jubilado y pobre, con una grave afección en sus pocos dientes y encías, se esfuerza por mantener una vida decente a pesar de que muchas veces sus problemas son motivo de humillación y alienación. La gente no le entiende, tiene dificultades para alimentarse, sus encías sangran y no puede obtener ninguna ayuda del Sistema de Salud ya que los gastos dentales están casi totalmente excluidos de la cobertura médica en España. Es viudo y no tiene ninguna relación con sus dos hijos porque son nacionalistas vascos, mientras que él está a favor de la monarquía y la unidad de España. Como casi no tiene dinero, a veces durante los festivales de verano va al matadero para conseguir carne de toro gratis de un conocido que trabaja allí. Consigue la carne más barata del animal y le resulta difícil comerla debido a sus problemas dentales. Su historia se relaciona a través de la edición con el ensamblaje de la dentadura del toro en el taller de un taxidermista mientras este trabaja en la preparación de la cabeza del toro para ser exhibida después del desmembramiento del animal. Este sangriento ritual se convierte en una metáfora de la situación de Venezuela y Navarra, ambas sociedades desgarradas por la migración forzosa y la pobreza en el caso de Venezuela y los conflictos de identidad nacional en relación con Navarra.

La cabeza con cuernos termina adornando la pared de la sala de reuniones del ganadero propietario del toro, junto con las de otros toros de la misma ganaderia, sacrificados en nombre de una cultura que excluye a los más débiles, confinándolos como a los toros a una inevitable muerte espiritual o física.

Este proyecto fue concebido antes de la crisis actual del coronavirus, y su título original fue «Confinados» desde el principio. En este momento, en medio de la crisis, con ambos cineastas confinados en España, han surgido entre ellos  profundas reflexiones sobre el tema del confinamiento y sus repercusiones. Aunque la situación que vive la mayoría de la gente en el mundo es bastante incómoda y potencialmente peligrosa, una vez superada la crisis, esta debería hacer que los espectadores piensen más en aquellos que han sufrido el confinamiento social toda su vida como los pobres y los ancianos de nuestras sociedades, retratados en este proyecto. Sentimos que esta reflexión puede enmarcarse en el principio más amplio de la unión de la humanidad, según el cual el bienestar y progreso de una parte de la población no puede desvincularse del resto. Esta reflexión nos estimula a seguir adelante en la búsqueda de hacer realidad este proyecto cinematográfico.

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